domingo, 6 de julio de 2008

En el espejo del tiempo...

Releyendo la primera publicación en nuestro blog, que data del 24-7-2007, vinieron a la memoria (voy a hablar en una tercera persona impersonal, y para ello abuso y tomo la voz de Sil, Luis, Euge, Franco y quién escribe, Kn) los días previos a la primera salida.


En primera instancia el día de la nevada del año pasado, una fecha que no aparece con presición pero que los diarios registran como el 9-7-2007 (ver la voz del interior, link: http://www2.lavoz.com.ar/07/07/09/), y el día posterior, fecha en la que con un grupo de amigos comenzamos a hablar del hecho y que como corolario de una extensa cadena de mails intralaboral surgió que "muy lindo todo pero hay gente que la pasa mal". Entonces nos preguntamos si éramos capaces de hacer algo, y cuatro locos más un amigo de dos de ellos decidieron salir a la calle para ver qué se podía hacer.


No nos imáginabamos la situación en el centro, para nosotros los que dormían a la intemperie estaban en la periferia del centro. Entonces salimos con nuestros autos por la costanera, divisando desde la mano que va hacia el centro, hacia San Vicente, etc, los habitantes debajo de los puentes, en casitas de chapa, cartón o lo que hubiere. Ibamos munidos de dos o tres termos, sopas instantaneas en sobrecitos y mucha ansiedad, dudas, también temor.

La primer "salida" fue entre el puente sarmiento y Gral. Paz, en un tolderío inhóspito que a primera vista no mostraba nadie. Cuando nos acercamos encontramos una familia y otras personas alrededor de un fuego, intentando pasar la noche, quizás una de las más frías, porque ni siquiera cuando nevó había hecho tanto frío. Servimos las sopas, nos fuimos con una lista de necesidades, y con los ojos más abiertos que nunca. De allí nuestro primera publicación.

Después de esa experiencia, nuestros ojos nunca volvieron a parpedear del mismo modo, y empezamos a ver la misma gente que visitábamos en el margen del Suquía en todos lados. Por eso, el siguiente escalón comprendía tanto la gente de las márgenes del río como gente que comenzamos a frecuentar en plaza San Martín. Y de esta gente de la plaza, nos fuimos enterando de muchos otros que no podían llegarse por cuestiones de movilidad, por cuestiones informativas (no sabían que íbamos todos los martes y jueves) y por desencuentros básicos de la vida misma.

En un corto período de tiempo habíamos aceitado los engranajes de nuestra maquinaria: salíamos con heladeras térmicas para mantener la comida; bandejas, vasos y cubiertos descartables; ropa donada y medicamentos; jugo o gaseosa, una entrada de sopa, plato principal bien llenador y rico en proteínas; y por sobre todas las cosas, muchas ganas de escuchar y entender a quiénes ya comenzaban a esperarnos en forma fija martes y jueves en la plaza San Martín, mástil de por medio.

Así pasamos de dar 9 vasos de sopa a dar más de 150 raciones de comida, ininterrumpidamente, todos los martes y jueves, tipo 21:30 hs, a veces antes, a veces más tarde. Nos hicimos amigos, conocimos historias de todo tipo, nos ganamos reclamos y pocos, por suerte, enojos.


Y así llegamos a cumplir un año, nos autodenominamos GANAS, tenemos un proyecto y queremos que esto siga creciendo. Hubiera sido imposible sin la ayuda de todos uds, sin el aporte del paquete de polenta, de $ 1 ó $ 100, de los que cocinan, de los que nos hacen llegar la ropa, de los que nos mandan mensajes de aliento, de la gente de los medios (gracias a Chelo y Max), de las empresas, de los amigos y desconocidos.

Estamos contentos, orgullosos, a veces tristes, conmovidos. Pero siempre con más y muchas GANAS. Abrigamos y nos sentimos abrigados. Y siempre conscientes, muy conscientes, que esto es sólo el comienzo.

Gracias sobre todo a la gente que nos espera los martes y jueves, aprendemos tanto de uds. Gracias a Sil, mentora intelectual de todo esto, a Luis, pilar material y ejecutivo de cada salida; a Juan Pablo, espíritu del grupo; a Rosi, por el alma.



Abrazo abrigador a todos.

Equipo G.A.N.A.S